El ejercicio de esta semana para el taller trata de elegir a una de las autoras de las que hemos leído textos y ficcionar una página de su diario. Repasando los trabajos de estas diez semanas me he dado cuenta de que he descubierto a muchas escritoras y no he hablado de ninguna. Igualmente, cada tanto me encuentro con alguna poeta, música, fotógrafa, cineasta, dibujante o nueva amiga de las que nunca hablo. Hay muchas a las que regreso constantemente de las que tampoco digo nada. He decidido cambiar esa rutina y cada semana intentaré hablaros de alguna mujer que me guste, que me haya marcado por lo que hace, dice o muestra.
Creo que es la hora de comenzar a saldar mis deudas así que inauguro nueva categoría en este blog: «Mujeres».
Empiezo con la autora que he elegido para mi ejercicio: Natalia Ginzburg
Su texto «Los zapatos rotos» -que se encuentra dentro de Las pequeñas virtudes. Acantilado, Barcelona, 2002- es de esos que relees con ganas, que parecen simples pero que están llenos de detalles, de trasfondos, de dolores y rutinas. Sin saber nada de su biografía, en sus letras ya se intuye a una mujer fuerte, soñadora y a la vez tremendamente realista. En cuanto se rasca un poco en su historia se confirman las sospechas.
Su mirada sólo invita a leerla entera.
Y es que encima te dice «hola» desde su Turín de 1949 y te regala frases con las que te sientes plenamente identificada hoy 3 de julio de 2014, a dos semanas de cumplir los 32, la misma edad que tenía ella cuando escribió esto:
Mi oficio es escribir, y lo sé bien y desde hace mucho tiempo. Espero que no se me interprete mal: no sé nada sobre el valor de lo que puedo escribir. Sé que escribir es mi oficio. (Texto «Mi oficio», también dentro de Las pequeñas virtudes)
María: este comentario es un buen complemento para tu texto “Un día del diario de Natalia Ginzburg”. Me gustó la voz que le diste a Natalia y ahora me gusta el comentario.
Te felicito por esta nueva entrada del blog. “Saldar deudas” promete ser interesante. Te seguiré. Un abrazo, Carmen Romeo Pemán
¡Gracias Carmen! A ver si voy colgando los textos del taller. Un placer leerte a ti también.