Las urgencias
de mis dedos
rescatan rugidos de la arena
y se los llevan
a naufragar
Los silencios
de mi ombligo
desubican cada contorno
y buscan grietas
por donde asomar
Aúllan las pausas de mi nuca
y trepan
se zambullen y se arremolinan
-todos saltan-
para obligarme
a temblar
Que ya es la hora, me cuentan
No calles más