Dame de bailar

Hay días sin más. Puede ser sábado y te toca currar y hay plan nocturno pero no demasiado ánimo porque te cansas de esperar. Y entonces recuerdas que la paciencia está sobrevalorada y que nunca se te ha dado bien quedarte sentada confiando en que la montaña venga. ¡Y mira en qué mes estamos! Que las noches de mayo -como las de septiembre- son mágicas.

Así que listo. A cambiarse, ver qué pasa y de paso buscar un par de huracanes.

Y mira tú por donde que ese día sin más terminan sacándote a bailar. ¡Buf!

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