Espías submarinos

En las tabernas marinas
-las del fondo arenosos, no las de los puertos-
han empezado a recibir suicidas en masa
que cuentan historias de pasados secos
y presentes sin gracias

Futuros a cero

¡Que pase el siguiente!

Dicen que hay lista de espera para entrar al infierno
desde que se encendieron los últimos hielos
de la orilla escamosa
y se quedaron los luceros del alba
sordos de tanto cencerro suelto

Locos sin nave

Los que podemos contarnos los pasos
estamos aún a tiempo de incumplir cada promesa
y repasarnos los recovecos imprecisos,
los sudores somnolientos,
las miradas agrietadas

Que la primavera  es pa escucar
y nos sobran balcones vacíos

¡Saltemos!

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