La Cumparsita cumple 91 años y como es un tango uruguayo, aunque los argentinos lo usen en sus desfiles olímpicos, desde ayer suenan sus diferentes versiones a las 12.00 y a las 18.30 en la esquina del Palacio Salvo con la Plaza Independencia, donde estaba situada la confitería La Giralda, el primer sitio donde se interpretó.
Olvidense de las filigranas y líos de piernas que se ven en los bailes de competición, el tango de calle, el que baila la gente no experta, es mucho más sencillo, más limpio, parece hasta fácil… Y es que como contaba ayer el escritor Mauricio Rosencof, si el tango nació en los arrabales portuarios nadie se imagina a los marineros (posiblemente bastante ebrios) bailando en plan estiloso con la prostituta de turno.