Me repito y me redigo, ¿pero qué le voy a hacer si me marcan el ritmo las mareas? Y las de finales de agosto y principios de septiembre se llaman mareas vivas porque son enormes. Cuando suben tapan las playas hasta las escaleras y cuando bajan te permiten cruzar de un arenal a otro o alcanzar castros normalmente inaccesibles a pie.
Me reitero y me revuelco sobre vientos y brisas, ¿pero qué le voy a hacer si soy nordeste? ¿Si unas gotas de lluvia de menos me trastocan? ¿Si el mar sin movimiento no me cura?
No pienso pedir perdón por escribir lo que me sale en cada momento. Ya cambiará o cambiaré… O no… Quién sabe. Por ahora, es lo que toca.
METEOROLOGÍAS
No te pares,
como el orbayu
martillea
insistente
que aún queda verano
No te alejes,
como los nuberos
sobrevuela
permanente
que mi boca guarda
No me esperes,
como las mareas
voy y vengo
asustada
que mi cuerpo grita
Callo, miro, tiemblo,
fuera fríos,
hoy
sólo aliento