En la sexta acepción que la RAE da de la palabra en cuestión se dice lo siguiente: «Visión, considerada en principio más ajustada a la realidad, que viene favorecida por la observación ya distante, espacial o temporalmente de cualquier hecho o fenómeno».
Dar un paso atrás siempre viene bien. Quedarse en segunda línea -e incluso en la tercera- permite apreciar el conjunto. Analizar, observar, evaluar, ponderar y distinguir lo que funciona de lo que no lo hace es fundamental para la supervivencia.
Las prisas nunca son buenas y como dijo algún sabio de esos populares: «Lo urgente siempre le quita tiempo a lo importante». Así que una semana después de la jornada de reflexión electoral toca hacerlo de verdad porque lo inabarcable de los acontecimientos lo exige.
No lo pide.
La realidad no se consensua, se impone sola.
Y lo que se han impuesto han sido miles de personas echadas a la calle en todo el país. Miles acampadas por cada rincón de la geografía patria y de parte del extranjero. Miles en rincones de cualquier pueblo con la intención de hablar y debatir y poner en común lo que no les gusta y lo que creen que pueden hacer para mejorarlo. Si hace dos años alguien me dice que la antigua plaza del mercado de Llanes iba a congregar a unas decenas de personas para hablar de la Ley Electoral, escuchar como se dinamiza una asamblea o leer un texto con palabras como «ciudadanía», «tasa Tobin», «indignación» o «apartidismo», me hubiese reído tranquilamente. ¡Utopías!
Ya sólo por esos cuarenta locos (o cuatro hippies, depende de quién los mire) valen la pena todas las noches sin pegar ojo, las horas delante del ordenador, las idas y venidas, los kilómetros acumulados y los desencantos.
Aún me quedan días (tal vez años) para verlo todo con perspectiva pero sí que puedo empezar a mirarlo con más calma. No se le pueden poner puertas al campo pero cada uno puede encontrar su propia parcela de terreno desde la que trabajar para que todo siga creciendo. En esas estoy. Buena compañía no falta. Porque si algo positivo he sacado -egoista e individualmente- de todo lo que ha supuesto el 15-M ha sido conocer a un grupo de personas con las que no dudaré en embarcarme en cualquier aventura. Porque sé que la vamos a llevar a buen puerto.
Gracies xente. ¡Seguimos!