Entre las marañas de deseos
insomnes
se cuela -a veces-
un segundo de lucidez
Tocamos tierra
y nos paladeamos los cuerpos
para constatar la sorprendente percepción
de realidad momentánea
¡Aquí estoy!
¡Ahora soy!
Sabemos
-en ese instante sí que sabemos-
que los caminos están hechos para inventárselos,
para espiar por las esquinas,
para perderse hacia adelante
Vamos ligeros,
pues siempre tendremos velas e incendios
para iluminar los recovecos