Que me gusta mayo ya os lo he contado otras veces y creo que mis filias por septiembre también son conocidas.
Son meses de mudanza (entendiéndose ésta como cambio de piel y de ánimos) y de cielos impredecibles. De luces sorprendentes. De planes, promesas y nuevas rutinas. Meses de poner orden y desorden, de reorganizar armarios y despeinarse por completo.
De runrunes.
Puede parecer que por aquí todo sigue igual pero ya os digo que no.
Se vienen cosas…