Cuando todas las palabras sobran,
sólo nos queda una brisa salada
que mueve las cortinas
y abre cicatrices.
Está también el viento,
empeñado esta noche en levantarme la falda
y hacerme cosquillas que despistan.
Remolinos y huracanes,
tempestades serenas.
Llega el tiempo de las lluvias internas.
Si todo lo que hay es este ahora,
convirtamos cada paso
en un punto de sutura.