Si se (nos) cae el cielo quedan nubes
y un par de baldosas
sobre las que intentar sostenerse
sin mirar hacia arriba
ni hacia abajo.
Aguantar.
Ganas afiladas. Vista al frente.
Flojear… Un minuto. Que la vida son berrinches, pataletas y dos momentos sueltos. Después a lavarse la cara y a despejar.
Disfrutar.
Seguir (entre)tejiéndome
los miedos
y los sueños.
Quedan nubes y baldosas.
Sin cielo.
Leer de la mano de esta otra entrada «Sin suelo»