En el par 23 de mis cromosomas hay una conjunción XX en lugar de XY desde el momento de la concepción hará tres décadas ahora a finales de octubre o principios de noviembre. Cromosómicamente soy lo que se llama una hembra de la especie humana. Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) una hembra es todo animal del sexo femenino, tal como indica en su definición. Si atendemos al desarrollo de los caracteres sexuales hay que diferenciar entre primarios y secundarios. Los primeros se refieren a la producción de células sexuales (o gametos) que en el caso de las hembras son óvulos y en este caso particular mostraron su grado de maduración un mes de agosto de campamento en Comillas en fechas un tanto tempranas para lo que se podía esperar. Los secundarios son los más visuales y científicamente representan el fenotipo: desarrollo de las glándulas mamarias, ancho de las caderas, tórax estrecho y talla «redondeada» como dicen los manuales. No pienso poner foto pero sé que os fiais de mí si os digo que encajo en la descripción totalmente.
Hasta aquí todo bien.
Pero resulta que en pleno comienzo de la segunda década del siglo XXI se presupone que me deben interesar la moda, el maquillaje, los trucos de belleza, la «gente» (esa sección que es un eufemismo para el cotilleo puro y duro), la cocina, buscar un marido y compaginar empleo e hijos. Y no me lo ha dicho ningún abuelo que no sabe ni donde están guardados los vasos en la cocina, ni ninguna mujer que creció con otra educación diferente a la mía, ni ningún niñato malcriado para el que las tías quedan de puta madre detrás en la moto. Me lo han dicho en menos de una semana desde varios frentes.
Por un lado, la nueva publicación semanal lanzada a bombo y platillo por un periódico nacional, con ínfulas «progres» y visión internacional. No ha tenido mejor idea que contentar al que considera su público femenino con un folletín publicitario al que ha denominado S y del que habla mucho mejor que yo Elena Cabrera en este post. Soy público objetivo directo de ese medio y conozco a muchas como yo que se han sentido insultadas con el último lanzamiento. Pero bueno… Piensas que no pasa nada, que es prensa tradicional y que siempre nos quedará internet.
¡Pero no!
Hoy descubro vía Jessica Romero y Juanlu Sánchez el nuevo portal mujer.es y la red social soyunamari en la que vuelven a manifestarse como imprescindibles los topicazos de lo que consideran mundo femenino.
Nunca he sido militante feminista y no mido a los amigos en función de si tienen los órganos reproductores hacia adentro o hacia afuera. Hablo de cualquier tema con cualquiera y las preferencias sexuales o las cuestiones de género no tienen importancia para mí porque las veo como lo más normal del mundo. Tampoco doy el coñazo con cuestiones lingüísticas del tipo de los plurales genéricos aunque de hace unos meses para acá le he cogido cariño a sustituir las oes por xs, no porque a mí me importe sino porque conozco a muchas que sí lo valoran.
Después de corroborar que lo que muchos entienden aún por «ser mujer» no tiene nada que ver con la realidad que vivo habrá que ponerse las pilas y reivindicar la condición femenina y ese par de Xs que llevamos en los genes.
P.D: Rematamos el día con un mensaje de Traficantes de Sueños con este libro : )