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De galaxias y música

El sábado pasó algo.

No se me ocurre mejor forma de explicarlo que como una explosión interestelar de la que salieron disparados seis planetas que se pusieron a girar, a orbitar y a bailar en un sala de Gijón. La sensación que todavía arrastro hoy es que creamos nuestra propia burbuja de buena música y cariño.

Nuestra propia galaxia.

12241001_1055582814518954_6585689653032594307_oNo puedo ser objetiva ni quiero serlo, así que aquí va una crónica totalmente emocional y parcial del Isma Fest, un mini festival con entrada gratuita en el que tocaron seis grupos asturianos. ¿El nexo de unión? Ismael Piñera y las ganas y el buen hacer de diez músicos que nos regalaron una noche que será difícil de olvidar.

Todo empezó como una coña: «El día que juntes a todos los grupos en los que tocas puedes montar un festival, Isma, jaja». Pero esos jijis sembraron la curiosidad. No sonaba tan mal eso de tocar todos un mismo día. Parecía divertido. No podía ser tan complicado. Así que sólo hubo que encontrar la excusa (cumpleaños redondo del anfitrión) y moverse un poco.

12278936_1057472660996636_6089825681015905926_nHubo que cambiar el horario de las actuaciones a las doce de la noche una semana antes del evento a cuenta del fútbol, que todo lo condiciona, con los carteles ya pegados y todo el mundo convocado para las 22.30 horas. Pero a pesar de los inconvenientes no se rajó nadie y la música en directo se prolongó hasta las cuatro de la madrugada.

Abrió la velada Møna. El dúo formado por la voz de Montse Álvarez, ex Nosoträsh, y las guitarras de Isma, acaba de grabar y publicar su primer ep, un trabajo que reúne cinco temas de pop melancólico de base acústica. En directo -gracias al sólido refuerzo de Miguel Ángel Álvarez (guitarra), Mario Recio (batería) y Fernando Medrano (bajo)- se reinterpretan a sí mismos en clave algo más rockera.

1. Mona

Acto seguido le llegó el turno a Lento, que debutaron en directo. Tenía muchísimas ganas de escucharlos por fin y no defraudaron. Para mí, este trío formado por Nel González (bajo), Mario Recio (batería, coros) e Isma fue la sorpresa de la noche. ¡Grabad más, por favor! ¡Y pronto!

2. Lento

Con Seesound hizo aparición en escena el sonido más brit pop de la noche. La banda liderada por el bajista Fernando Medrano cuenta con Chema Vales a la batería y con Miguel Ángel Álvarez e Ismael a las guitarras. El grupo presentó su ep «Talking to me», un puñado de temas contundentes que aúnan melodía y distorsión. Cerraron con su propia versión del Helter Skelter de Los Beatles, y es que los de Liverpool no podía faltar en el Isma Fest.
3. Seesound

Tras un breve descanso, el segundo pase lo abrió Marienbad, que ofreció el concierto más breve e intimista de la noche.  El grupo comenzó como trío, con Seve Fernández y Manuel Scattini; luego en cuarteto, con la incorporación de Joaquín Entrialgo, y en los últimos tiempos funciona como dúo acústico. Isma lleva ya diez años trabajando en la elaboración del repertorio de Marienbad, que en 2006 se alzó con el Concurso de Maquetas del Instituto Asturiano de la Juventud-40 Principales. Tienen tres elepés: «Vidas Paralelas» de 2006, «Exterior Noche» de 2009 y «Cenital» de 2012.

4. Marienbad

¿Hace falta que diga algo de Los Bonsáis? Voy a confesar una cosa que creo que nunca les he contado a mi hermana Helena (voz y guitarra) y a Nel (bajo). Me han ido ganando con el paso de los años y a base de verlos en directo. Al principio no me los tomé en serio. Aquellas canciones del inicio me parecían un simple entretenimiento de una pareja que se lo pasaba bien con la música, pero nunca creí que fuese a pasar del salón de casa. ¡Y mira tú! Discográfica y una productividad incansable. En directo se acompañan de Mario Recio a la batería e Isma a la guitarra. Este año lo abrieron con el mini-lp «Nordeste» y, después de varios videoclips y conciertos (incluida una mini-gira por UK), acaban de lanzar el ep «¡Fanzine!». Son culpables directos de los cambios que ha habido en mi vida en los últimos meses (jejeje) y sólo puedo agradecérselo bailando y cantando (en voz baja para que no llueva) cada una de sus canciones.

5. Bonsáis

La traca final la pusieron los Tommy Crimes. La banda noventera de Carlos Pidal Rodríguez, Seve Fernández e Isma comenzó su andadura en pleno Xixón Sound, publicando un ep con Subterfuge en 1995, al que le siguieron otros singles y el largo «Álbum» de 1998 (Astro Discos), trabajos que transitan por un powerpop a un tiempo melódico y sucio. Interrumpida su actividad a fines de la década, en el último año se han juntado ya en dos ocasiones (la última de ellas las pasadas navidades, junto a Kactus Jack) para conmemorar el 20 aniversario de su formación y repasar toda su discografía. Se plantaron en el escenario después de casi un año sin tocar juntos y sin ningún ensayo previo. Y lo dieron todo. ¡Cierre de lujo!

Aunque a alguna le faltó el Asturias de Víctor Manuel para que la verbena terminase como mandan los manuales de las fiestas de práu, jejeje.

6. Tommy Crimes

El resto de la noche discurrió entre gominolas (nos zampamos un kilo), pasos de garza, coreografías varias (incluido un intento de plagio de Madonna que se quedó en la sillita de la reina), muchas risas y planes para el año que viene. Porque habrá que repetir, ¿no?

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Un ramito de violetas

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No voy a hablar de Cecilia (hoy al menos) pero el título de su canción me parecía muy apropiado para presentar aquí a Violeta Parra. Chile es una de mis cuentas pendientes y la culpa la tienen mi amiga Lulita y Víctor Jara. Pero es que Víctor no hubiese sido quién fue sin la existencia de esta mujer y todo el trabajo que realizó para recopilar, conservar, dignificar y difundir el folklore de su tierra.

Violeta fue muchas mujeres a la vez: artista, agitadora cultural, empresaria, madre, etnógrafa, amante, campesina. Tan luchadora, fuerte y reivindicativa como frágil. Y es ese aspecto de bloque de piedra dura de sus desiertos a punto de resquebrajarse el que atrapa, el que la acerca a cualquiera que escuche atentamente sus letras.

No soy objetiva cuando se trata de hablar del Sur del Sur y me apasiona el folklore en todas sus vertientes, así que ella no podía dejar de ser una de las primeras en aparecer en esta especie de recopilación-constelación de mujeres que me acompañan sin importar tiempos ni distancias.

Y no voy a poner «Gracias a la vida» (que es de Violeta, aunque seguro que la tenéis en la cabeza con la voz de Mercedes Sosa) porque a pesar de que puede que sea su canción más conocida, me resulta terriblemente triste. Esa monotonía de la música, la parsimonia y la letra son incapaces de esconder la enorme soledad. Para mí esa canción es un último lamento camuflado, un último grito sin aliento. Siempre me ha sonado a testamento.

Por eso prefiero esta otra y maldecir por fin lo blanco, los estatutos del tiempo y la primavera. Apretar los puños, fruncir el ceño y rasgar cualquier tela que nos cubra a base de rabia suelta.

Podéis descargar la película «Violeta se fue a los cielos» desde aquí

Más mujeres: Natalia Ginzburg

Músiquina para volar (o para que te vuelen la cabeza)

«Mari, ya podías escribir una crónica de lo de anoche», me dice Helena. Y como ya he cambiado las sábanas de la cama (tarea muy de domingo) y parece que la resaca remite (también muy de este día de la semana) tengo que ponerme a ello. Se lo debo. Eso sí, vaya de antemano que como esto es mi blog me temo que no va a salirme nada «profesional» ni aséptico.

Sábado de curro. De diez de la mañana a nueve de la noche en la tienda. Cuando me toca finde lo único que quiero hacer al salir es volver a casa, pero ayer pintaba bien el plan. El programa de radio La Hora del Dr. Osmond celebraba su primer aniversario con una fiesta cargada de buena música en directo en el bar Supernova de Oviedo. Tocaban Los Bonsáis y la familia obliga así que después de una cerveza con Pili y Guti para allá que me fui.

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El horario laboral hizo que me perdiese el arranque con las actuaciones de Arkanine y de Musel. Los primeros dejan bien claro que hacen «Freak music para freak people» y eso algunas personas lo agradecemos. Sobre todo si en el post concierto hablas con ellos y te cuentan que hacen una versión de la canción de los enanos de las tercera parte de El Señor de los Anillos. ¡Lujo! El otro grupo que no vi actuar -Musel- llegaron desde Lugo y llevo un rato con las canciones que tienen en su bandcamp de fondo. Apetecibles.

Cuando bajé las escaleras del Supernova se escuchaba: «España tiene los ojos morados y se los tapa». Ya había empezado Pablo und Destruktion y se cortaba la atmósfera, porque es de esa gente que te muerde al cantar, que hacen que cada palabra pese. Iba predispuesta a que me gustase -llevan tiempo diciéndome en casa que me iba a encantar- pero no esperaba semejante voladura de cabeza. Transmite una intensidad que se contagia y en un determinado momento me descubrí con los puños cerrados a los dos lados del cuerpo, completamente tensa y apretando los dientes. Sonaba «Por cada rayo que cae»:

«Somos los locos que escriben canciones
los locos errantes encerrados en sus naves
¡Pues quememos las naves!»

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El contraste no podía ser mayor con lo que vino después. El propio Pablo se encargó de hacer la mejor presentación posible: «Ahora llegan Los Bonsáis, que son de los más salaos y hacen una música que da unas ganas de vivir de la hostia». Y está mal que yo lo diga tratándose de mi hermana, pero Helena y Nel el sábado sonaron de maravilla y desprenden luz con cada nota. Las letras sencillas y las melodías pegadizas logran que se te escapen las sonrisas y que termines bailando sin parar como me pasa con «Medio Tiempo» que creo que es de mis favoritas. En Semana Santa tocarán por primera vez fuera de España, en el Wales Goes Pop así que desde aquí quiero decirles que mucha mierda y que seguro que harán volar a los ingleses tanto como a nosotros.

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Reconozco que cuando tocó Alberto Montero me di un descanso de música que esto es Uviéu y había que saludar y charlar con mucha gente el otro día. No puedo opinar de él pero ahí queda el enlace a su bandcamp para darle una escucha en cuanto pueda.

Desde Barcelona llegaron Grushenka y lo primero que se te escapa al verlos en el escenario es decir: «¡Menudos guajes!». Ahora bien, la juventud se te olvida en cuando empiezan a tocar y los paisajes sonoros que crean se te meten dentro. Energía y calidad para cerrar la noche.

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Las actuaciones continuaron con Las Casi Casiotone pero ahí ya cambié de piso y me fui para la zona de arriba a darle forma a la madrugada y a volar en otras direcciones.

Sólo me queda decir que hay que agradecer a Borja Alcáraz -alma de todo este lío- la iniciativa y a gente como los de La Radio de Cristal y el Supernova por hacer que esta ciudad se mueva. También podéis echarle un ojo a la revista que han sacado desde La Hora del Dr. Osmond aquí.

Interruptores

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He decidido declarar concluido marzo de 2014.

Podemos bautizar a los días que quedan por delante para tachar este mes de mierda del calendario como la semana de marbril, que suena hasta bien. O no… ¿Sólo me suena a mí a mandril? Que lo de ponerle nombre a las cosas -como a las partes del cuerpo o a las relaciones- es lo de menos. Lo que importa de verdad es que hoy se termina marzo para mí.

No entra ni una pena más en este mes ni en este cuerpo.

Aunque mejor así, que vengan todas juntas una vez al año. Concentramos los disgustos y los pasamos por encima todos a la vez. De un salto. HOP. Que asumes que ya no es ni será «como antes» nunca más… HOP. Que te toca de cerca de verdad la muerte casi siete años después de la última… HOP. Que se va lejos gente que quieres -aunque sea para mejor- y te quedas un poco más sola… HOP. Que gritas por dentro… Bueno, esto último no se va. Eso está ahí de serie y convivimos bien. El autocontrol y la seguridad están sobrevalorados

Como he tenido bastantes saltos en los últimos días, me parece prudente cerrar ya las nubes de invierno (metafóricas, que por este Norte a lo mejor les quedan aún tres meses más), me abro una birra bien fría y me siento a esperar por mayo, que con septiembre es uno de MIS meses.

Mientras tanto pienso dejar que me enciendan, que me den vuelta y me revuelvan. Que si bien no entra ni una pena más, las sorpresas nunca sobran y en la última semana me han hecho llorar -para bien- en varias ocasiones sin venir a cuento.

Esto no debería ser noticia, que siempre he sido muy llorona. La señorita Yolanda (mi profe de preescolar) decía que se me llenaba el «sacu» y que tenía que vaciarlo por lo menos una o dos veces al día. La expresión me lleva acompañando desde entonces y en casa me lo siguen diciendo a veces, aunque cada vez menos. Para qué engañarnos, desde entonces el llanto -el de verdad, ese que desborda y que se va entre hipidos- suele acompañar ataques de ansiedad (o simulacros de ellos) y al SPM (siglas que sirven tanto para el síndrome pre como post menstrual, este segundo gran desconocido y casi peor que el primero).

Uno de los interreptores ha sido musical.

Llevaba yo días con algo dentro, con esa sensación de que algo iba a pasar, como sintiendo alteraciones en la fuerza. Cuando estoy así siempre digo que ando con runrún y van Nacho Vegas y la Fundación Robo y sacan esto para regalarle a la Marea Democracia. Primera escucha: «Menuda moñez». Culpables los años de colegio de monjas y las regresiones inconscientes. Pero a los dos días o así, mientras esperaba que saltasen las tostadas, sonó en la radio sin previo aviso y… Lagrimones pal café.

«Nos quieren en soledad nos tendrán en común». HOP.

Los otros interruptores han sido gente que te mira digitalmente y te ven de verdad y te leen y te describen y te (re)conocen de una forma que hasta asusta. Guiños, besos, muchas risas, manos, estrellas y remos en el momento justo. Que estamos solas… Pero tampoco tanto ni todos los ratos. HOP.

Así que hoy me he despertado, he abierto la ventana, he desayunado, me he duchado y lavado el pelo, me he pintado las uñas de verbena, he cocinado para Inés que se iba a currar, he visto todas las imágenes de la Manifestación por la Dignidad que anoche fui incapaz de ver, he hablado con casa, he visto entre la neblina de la siesta que se ha muerto un ex presidente y he decidido que se terminaba marzo para mí.

HOP

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Sonidos que te viajan

Mendoza

Dame chacareras y candombe, chico, repique y piano, zamba, cueca, milonga y murga.

Hay sonidos que te lanzan, te llevan, te traen, te envuelven, revuelven, arañan.

Hay sonidos que te viajan.

El Nuevo Cancionero afirma que el arte, como la vida, debe estar en permanente transformación y por eso, busca integrar el cancionero popular al desarrollo creador del pueblo todo para acompañarlo en su destino, expresando sus sueños, sus alegrías, sus luchas y sus esperanzas.

 Programa Café del Sur dedicado a los 50 años del Nuevo Cancionero aquí.
Manifiesto del Nuevo Cancionero (1963) aquí.
Foto: Por una carretera de Mendoza, camino de los Andes (2008)